Sin despertador, sin prisas, sin estrés, sin preocupaciones y sin horarios…básicamente, en esto consisten las vacaciones. Si a todo esto le añadimos sol, días interminables, los largos de la piscina, el vinito en el chiringuito de la playa y los atardeceres increíbles con los pies en la arena ya lo podemos llamar magia. Pero todo lo bueno se acaba y cuando las vacaciones llegan a su fin, toca volver a la rutina y afrontar la realidad.
Aquí te dejamos unas sencillas pautas para que la vuelta a la vida normal no te suponga un drama y puedas evitar, en lo posible, el llamado síndrome postvacacional.
- Actitud.
La actitud lo es todo, que sí, que a lo bueno nos acostumbramos rápido pero si ponemos de nuestra parte por ver lo positivo de la vuelta a la normalidad todo será más fácil. Piensa con perspectiva, pon el marcador a cero y siente que tienes una nueva oportunidad de comenzar y de tener nuevos retos y motivaciones. - Planificación.
Recupera tus horarios de comidas y de sueño, es importante para que tu cuerpo recupere su energía habitual y lo haga sin estrés. Vuelve a cuidar lo que comes, una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras además de beber mucha agua ayudarán a resetear tu mente. Eso si, hazlo progresivamente y sin agobios. - Ejercicio.
Atrás queda la operación bikini pero no por eso debemos volvernos sedentarios. Nuestro cuerpo necesita marcha, de la buena, y si el deporte y el esfuerzo físico no es lo tuyo, plantéate dar un paseo cada día de al menos media hora. Eso mantendrá tus células y neuronas activas. - Calma.
Disfruta de todo lo bueno que tiene volver a la rutina, que también lo hay. Busca tus ratitos, tus momentos de relax, respira y por supuesto, piensa en los recuerdos que han dejado estas vacaciones en tu mente. Seguro que acompañándolos de un buen vino te hacen sonreír.
¡Ánimo con la vuelta a la rutina!